El temible "vampiro de Dusseldorf" está considerado como uno
de los más sanguinarios asesinos en serie de todos los tiempos.
Nació en 1883 en Colonia (Alemania) en una familia tan pobre como
numerosa y todos habitaban bajo pésimas condiciones en un espacio muy reducido
y un ambiente familiar deplorable.
Su familia se traslada a Dusseldorf en 1884, y comienza a vivir
como un vagabundo.
En una ocasión trata incluso de violar a una de sus hermanas más
jóvenes. La primera condena la cumpliría en 1897 por robo, y así muchos más
actos delincuentes que lo obligan a pasar cerca de veinte años entre rejas.
En 1913 comete su primer crimen sexual: viola y degolla salvajemente a
Christine Kelin, una niña de 13 años. Años más tarde, cuando él mismo contaba
con cuarenta, su vida parece dar un giro y contrae matrimonio con una mujer de
buena familia.
Como la mayoría de los sádicos sexuales, Kürten parece llevar una vida
normal como cualquier buen esposo. Trabajaba como conductor de camiones, y su
mujer jamás sospechó que tras un hombre tan educado y atento como su marido
podría esconderse el autor de crímenes tan sangrientos.
Entre 1925 y 1930 se suceden en la pequeña localidad alemana una serie
de crímenes que estremecen y sensibilizan a toda la población, por el que
apodaron unos "El Vampiro de Dusseldorf" y otros "El rey del
crimen sexual".
Kürten tiene por costumbre el beber la sangre de sus víctimas y de matar
animales cuando tiene sed. A veces se divierte incendiando las casas
abandonadas, esperando ver arder algún vagabundo que durmiese en su interior.
su tercera víctima, una niña de nueve años llamada Rose Ohliger, la
rocía de gasolina y le prende fuego para complacerse viéndola arder en una
terrible agonía.
Hasta la fecha, se le inculpaban nada menos que ocho terribles
asesinatos y catorce asaltos. Afortunadamente para todos, cometió un grave error
en 1930 que le costaría su detención. Tras un atentado criminal fallido contra
María Butlier, la mujer logra escapar y proporcionar una detallada descripción
de Kürten.
Éste se asusta al leer la prensa y ver su retrato robot en la portada de
los periódicos, por lo que confiesa la totalidad de los crímenes a su esposa
mientras charlaban,
La señora en un principio se desmaya de la impresión, pero finalmente,
asustada y asqueada pone las declaraciones de su marido en conocimiento de la
policía.
Finalmente tras una hora y media de deliberación, el jurado pronunció su
veredicto de culpabilidad para Peter Kürten, quién fue sentenciado a nueve
penas de muerte.
Se manifestó para pedir una última voluntad, y era que cuando lo
decapitase el verdugo, le dejasen escuchar durante unos minutos cómo su propia
sangre goteaba en el suelo.
El 2 de julio de 1931, a las seis de la mañana, en el patio de la
prisión de Klügelpüts (Colonia), se cumplía su deseo.
Referencias:
- https://listas.20minutos.es/lista/asesinos-en-serie-156/
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