Herman
Webster Mudgett, también conocido como Dr. Henry Howard Holmes, nació el 16 de
mayo de 1861 en Gilmanton, Nuevo Hampshire. A H. H. Holmes se le considera como
el primer asesino en serie de Estados Unidos, o al menos, del primero que se
tiene constancia.
Los padres de
Holmes eran descendientes de los primeros colonos ingleses de Gimalton (Nuevo
Hampshire). H. H. Holmes fue el tercero de cinco hermanos. Su padre, que
procedía de una familia de granjeros, trabajó como granjero, comerciante y
pintor de casas.
En 1878, a
los 17 años, se casó con Clara Lovering, con la cual tendría un hijo dos años
más tarde.
A los 18
años, Holmes entró en la Universidad de Vermont (Burlington), la cual no
cumplió sus expectativas, provocando que la abandonase tras un año. Entre 1882 y 1884 asistió a la Universidad de
Michigan, donde estudió medicina quirúrgica. Durante su etapa universitaria
Holmes mostró un obsesivo interés por las clases de anatomía donde se
diseccionaban cadáveres.
Personas
cercanas a Holmes aseguraban que este era violento con su esposa Clara, y en
1884, ésta se mudó a Nuevo Hampshire, separándose de él.
Tras mudarse
a Mooers Fork (Nueva York), se extendió el rumor de que Holmes había sido visto
con un niño, que posteriormente desapareció. Holmes se defendió de los rumores
asegurando que el niño se había vuelto a su hogar en Massachusetts. A pesar de
las acusaciones, no se produjo ninguna investigación oficial al respecto.
Posteriormente, Holmes viajó a Philadelphia, donde consiguió un trabajo como
encargado del Hospital de Norristown State, pero dimitió a los pocos días. Tras
esto, empezó a trabajar en una farmacia, pero durante el periodo en el que
estuvo allí, un niño falleció tras haber consumido una medicina adquirida en la
farmacia. Holmes negó haber estado implicado con el caso y abandonó la ciudad.
EL CASTILLO
DEL TERROR
Tras
abandonar Philadelphia, y con el objetivo de no ser reconocido, Herman Webster
Mudgett cambió su nombre a Henry Howard Holmes.
A finales de
1886, y aún estando oficialmente casado con clara, Holmes se casó con Myrta
Belknap. Unas semanas después solicitó el divorcio con Clara, acusándola de
haber sido infiel, lo cual nunca fue probado y el divorcio no se produjo.
Holmes tuvo una hija con Myrta en julio de 1889. Los tres vivieron en Wilmetter
(Illinois). Holmes pasaba la mayor parte del tiempo en Chicago.
Nada más
llegar a Chicago, en 1886, Holmes comenzó a trabajar en una farmacia. Demostró
ser un empleado ejemplar, lo cual le permitió acabar comprando la tienda. Al
poco tiempo, Holmes compró un solar al otro lado de la calle con el fin de que
se construyeran apartamentos en la segunda planta y una parte dedicada a actividades
comerciales en la primera. Los arquitectos y proveedores no recibieron pagos
por la construcción y acabaron por abandonar el proyecto tras denunciar a
Holmes en 1888.
En 1892, y
con la excusa de construir una tercera planta para transformarla en hotel,
Holmes consiguió engañar a nuevos inversores. La tercera planta nunca llegó a
terminarse, los nuevos proveedores se dieron cuenta de que Holmes había estado
escondiendo materiales y muebles que no había pagado. El 13 de agosto de 1993,
la tercera planta del hotel, aún en proceso de construcción ardía
misteriosamente, con solo unos pocos dentro del edificio.Previo al incendio,
Holmes había contratado seguros con hasta cuatro compañías diferentes, con la
intención de cobrar cuantiosas indemnizaciones.
ASESINATOS
Uno de las
primeras víctimas de Holmes pudo ser su amante, Julia Smythe. Julia era la
esposa de Alex Conner, un inquilino que vivía en el edificio que Holmes había
construido. Tras descubrir el affair, Alex dejó el trabajo y se mudó,
abandonando a Julia y a su hija Pearl. Julia obtuvo la custodia de Pearl y
permaneció en el hotel, mientras su relación con Holmes continuaba.
Misteriosamente, durante las navidades de 1891, ambas Julia y su hija Pearl, desaparecieron.
Holmes lo justificó diciendo que Julia había muerto durante un aborto, lo cual
no fue nunca confirmado.
Otra de las
posibles víctimas de Holmes fue Emeline Cigrande. Ella comenzó a trabajar en el
edificio en mayo de 1892 y desapareció en diciembre de ese mismo año. La misma
“suerte” pudo haber corrido Edna Van Tassel, que también fue declarada como
desaparecida.
Mientras
trabajaba en la farmacia del edificio de Chemical Bank en Dearbon Street,
Holmes se hizo amigo íntimo de Benjamin Pitezel, un carpintero con pasado
criminal. Pitezel se convirtió en la mano derecha de Holmes, en su “criatura”,
el que le ayudaría a ejecutar algunos de sus macabros planes criminales.
A principios
de 1893, una actriz llamada Minnie Williams se mudó a Chicago y comenzó a
trabajar para Holmes. Esté organizó un plan para que ella le tranfiriese sus
bienes inmuebles bajo un pseudónimo con la ayuda de Pitezel. Al poco tiempo, la
hermana de Minnie, Nannie, fue a visitarla. Ninguna de las dos fue vista con
vida después del 5 de julio de ese mismo año.
EL PRINCIPIO
DEL FIN
Frank Geyer,
un detective de Philadelphia que había estado siguiendo el rastro de Holmes,
descubrió los cuerpos de las niñas de Pitezel. Tras ello siguió a Holmes hasta
Indianápolis, donde descubrió suficientes pistas que unían a Holmes con los
restos de los cuerpos de los hijos de Pitezel.
El 7 de
noviembre de 1894, Holmes fue arrestado en Boston por el robo de unos caballos.
Las autoridades le habían estado siguiendo la pista y temían que fuera a
abandonar el país junto a su tercera esposa.
En octubre de
1895 Holmes fue juzgado por el asesinato de su mano derecha, Benjamin Pitezel,
y fue declarado culpable y sentenciado a pena de muerte. Por ese entonces ya
era evidente que él había sido el autor de los asesinatos de los hijos de
Pitezel. Tras ser encerrado en la cárcel, Holmes confesó un total de 27
asesinatos en Chicago, Indianápolis y Toronto (aunque algunas de las persona
que confesó haber asesinado se encontraban con vida) y 6 intentos de
asesinatos. Holmes fue bastante inconsistente en sus confesiones, habiéndose
declarado inocente en algunas y poseído por Satanás en otras.
El 7 de mayo
de 1896 Holmes fue ahorcado en la prisión de Moyamensing por el asesinato de
Pietzel. Hasta el momento de su muerte, Holmes permaneció en calma y sin mostrar
signos de ansiedad, miedo o depresión. A pesar de esto, solicitó que su ataúd
fuera cubierto por cemento y enterrado a diez pies de profundidad por miedo a
que ser profanado.
Referencias:
·
https://citv.es/fichados/h-h-holmes/
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