sábado, 23 de marzo de 2019

27. Dr. Henry Howard Holmes



Herman Webster Mudgett, también conocido como Dr. Henry Howard Holmes, nació el 16 de mayo de 1861 en Gilmanton, Nuevo Hampshire. A H. H. Holmes se le considera como el primer asesino en serie de Estados Unidos, o al menos, del primero que se tiene constancia.
Los padres de Holmes eran descendientes de los primeros colonos ingleses de Gimalton (Nuevo Hampshire). H. H. Holmes fue el tercero de cinco hermanos. Su padre, que procedía de una familia de granjeros, trabajó como granjero, comerciante y pintor de casas.

En 1878, a los 17 años, se casó con Clara Lovering, con la cual tendría un hijo dos años más tarde.
A los 18 años, Holmes entró en la Universidad de Vermont (Burlington), la cual no cumplió sus expectativas, provocando que la abandonase tras un año.  Entre 1882 y 1884 asistió a la Universidad de Michigan, donde estudió medicina quirúrgica. Durante su etapa universitaria Holmes mostró un obsesivo interés por las clases de anatomía donde se diseccionaban cadáveres.
Personas cercanas a Holmes aseguraban que este era violento con su esposa Clara, y en 1884, ésta se mudó a Nuevo Hampshire, separándose de él.
Tras mudarse a Mooers Fork (Nueva York), se extendió el rumor de que Holmes había sido visto con un niño, que posteriormente desapareció. Holmes se defendió de los rumores asegurando que el niño se había vuelto a su hogar en Massachusetts. A pesar de las acusaciones, no se produjo ninguna investigación oficial al respecto. Posteriormente, Holmes viajó a Philadelphia, donde consiguió un trabajo como encargado del Hospital de Norristown State, pero dimitió a los pocos días. Tras esto, empezó a trabajar en una farmacia, pero durante el periodo en el que estuvo allí, un niño falleció tras haber consumido una medicina adquirida en la farmacia. Holmes negó haber estado implicado con el caso y abandonó la ciudad.

EL CASTILLO DEL TERROR

Tras abandonar Philadelphia, y con el objetivo de no ser reconocido, Herman Webster Mudgett cambió su nombre a Henry Howard Holmes.
A finales de 1886, y aún estando oficialmente casado con clara, Holmes se casó con Myrta Belknap. Unas semanas después solicitó el divorcio con Clara, acusándola de haber sido infiel, lo cual nunca fue probado y el divorcio no se produjo. Holmes tuvo una hija con Myrta en julio de 1889. Los tres vivieron en Wilmetter (Illinois). Holmes pasaba la mayor parte del tiempo en Chicago.

Nada más llegar a Chicago, en 1886, Holmes comenzó a trabajar en una farmacia. Demostró ser un empleado ejemplar, lo cual le permitió acabar comprando la tienda. Al poco tiempo, Holmes compró un solar al otro lado de la calle con el fin de que se construyeran apartamentos en la segunda planta y una parte dedicada a actividades comerciales en la primera. Los arquitectos y proveedores no recibieron pagos por la construcción y acabaron por abandonar el proyecto tras denunciar a Holmes en 1888.
En 1892, y con la excusa de construir una tercera planta para transformarla en hotel, Holmes consiguió engañar a nuevos inversores. La tercera planta nunca llegó a terminarse, los nuevos proveedores se dieron cuenta de que Holmes había estado escondiendo materiales y muebles que no había pagado. El 13 de agosto de 1993, la tercera planta del hotel, aún en proceso de construcción ardía misteriosamente, con solo unos pocos dentro del edificio.Previo al incendio, Holmes había contratado seguros con hasta cuatro compañías diferentes, con la intención de cobrar cuantiosas indemnizaciones.

ASESINATOS

Uno de las primeras víctimas de Holmes pudo ser su amante, Julia Smythe. Julia era la esposa de Alex Conner, un inquilino que vivía en el edificio que Holmes había construido. Tras descubrir el affair, Alex dejó el trabajo y se mudó, abandonando a Julia y a su hija Pearl. Julia obtuvo la custodia de Pearl y permaneció en el hotel, mientras su relación con Holmes continuaba. Misteriosamente, durante las navidades de 1891, ambas Julia y su hija Pearl, desaparecieron. Holmes lo justificó diciendo que Julia había muerto durante un aborto, lo cual no fue nunca confirmado.
Otra de las posibles víctimas de Holmes fue Emeline Cigrande. Ella comenzó a trabajar en el edificio en mayo de 1892 y desapareció en diciembre de ese mismo año. La misma “suerte” pudo haber corrido Edna Van Tassel, que también fue declarada como desaparecida.
Mientras trabajaba en la farmacia del edificio de Chemical Bank en Dearbon Street, Holmes se hizo amigo íntimo de Benjamin Pitezel, un carpintero con pasado criminal. Pitezel se convirtió en la mano derecha de Holmes, en su “criatura”, el que le ayudaría a ejecutar algunos de sus macabros planes criminales.

A principios de 1893, una actriz llamada Minnie Williams se mudó a Chicago y comenzó a trabajar para Holmes. Esté organizó un plan para que ella le tranfiriese sus bienes inmuebles bajo un pseudónimo con la ayuda de Pitezel. Al poco tiempo, la hermana de Minnie, Nannie, fue a visitarla. Ninguna de las dos fue vista con vida después del 5 de julio de ese mismo año.
 Debido a la presión de las denuncias por parte de las compañías de seguros, Holmes se vio obligado a abandonar Chicago y huir a Fort Worth.
 En 1894, y aún estando casado con Clara y Myrta, Holmes se casó con Georgina Yoke en Denver (Colorado). En julio de ese mismo año Holmes fue arrestado y encarcelado durante un breve periodo por la venta de bienes provenientes de herencias.
 Durante su corta estancia en la cárcel, Holmes conoció a Marion Hedgepeth, al cual prometió $500 a cambio de que le proporcionara el nombre de un abogado en el que pudiera confiar para estafar a una compañía de seguros fingiendo su muerte. La compañía de seguros sospechó de que se trataba de un fraude y se negó a pagar. Ante esta situación, Holmes decidió organizar un plan similar, pero esta vez fingiendo la muerte de su mano derecha, Pitezel.
 Pitezel accedió a fingir su muerte con el fin de que su esposa cobrase $10,000 de su seguro de vida. El plan consistía en que Pitezel se hiciera pasar por otra persona para después ser asesinado y desfigurado en una explosión de un laboratorio. Holmes debía encontrar un cadáver adecuado para sustituir a Pitezel. Pero en lugar de hacerlo, asesinó a Pitezel tras dejarlo inconsciente y prender su cuerpo. Tras el asesinato, Holmes se encargó de cobrar el seguro de vida de Pitezel, manipulando a su esposa para que tres de sus cinco hijos pasaran a su custodia. Holmes y los tres niños viajaron por los Estados Unidos hasta llegar a Canadá. De manera paralela llevó a la esposa de Pitezel y a sus otros dos hijos a otro lugar, mintiéndoles sobre el paradero de su marido. Más adelante, Holmes confesaría el asesinato de la esposa de Pitezel y sus dos hijas, a los cuales encerró en un camión y asfixió conectando una manguera a una tubería de gas. Enterró sus cuerpos desnudos en el sótano de sus casa en Toronto.

EL PRINCIPIO DEL FIN

Frank Geyer, un detective de Philadelphia que había estado siguiendo el rastro de Holmes, descubrió los cuerpos de las niñas de Pitezel. Tras ello siguió a Holmes hasta Indianápolis, donde descubrió suficientes pistas que unían a Holmes con los restos de los cuerpos de los hijos de Pitezel.

El 7 de noviembre de 1894, Holmes fue arrestado en Boston por el robo de unos caballos. Las autoridades le habían estado siguiendo la pista y temían que fuera a abandonar el país junto a su tercera esposa.

En octubre de 1895 Holmes fue juzgado por el asesinato de su mano derecha, Benjamin Pitezel, y fue declarado culpable y sentenciado a pena de muerte. Por ese entonces ya era evidente que él había sido el autor de los asesinatos de los hijos de Pitezel. Tras ser encerrado en la cárcel, Holmes confesó un total de 27 asesinatos en Chicago, Indianápolis y Toronto (aunque algunas de las persona que confesó haber asesinado se encontraban con vida) y 6 intentos de asesinatos. Holmes fue bastante inconsistente en sus confesiones, habiéndose declarado inocente en algunas y poseído por Satanás en otras.

El 7 de mayo de 1896 Holmes fue ahorcado en la prisión de Moyamensing por el asesinato de Pietzel. Hasta el momento de su muerte, Holmes permaneció en calma y sin mostrar signos de ansiedad, miedo o depresión. A pesar de esto, solicitó que su ataúd fuera cubierto por cemento y enterrado a diez pies de profundidad por miedo a que ser profanado.

Referencias:
·        https://citv.es/fichados/h-h-holmes/

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